lunes, 12 de junio de 2017

RESFRÍOS

Comienzan los fríos del otoño y comienzan los mocos, la tos y hasta alguna fiebre. Hablamos con un amigo sobre cómo los síntomas persisten más de lo debido, que no acaban de irse. Sospechamos de la automedicación, de la falta de reposo. Es posible que sea por alimentarnos mal o por no estar lo suficientemente abrigados. Pero somos humanos y nos enfermamos, es parte de nuestra condición.

La enfermedad es una expresión de nuestra humanidad. Tener una simple gripe y vivir en una sociedad capitalista puede representar muchas cosas. No poder descansar lo suficiente, ir a trabajar enfermo, proseguir con las obligaciones con las piernas temblando, no tener a mano lo necesario para ingerir, padecer en completa soledad o rodeados de demasiada gente. Entonces el problema ya no es tanto la enfermedad sino qué hacemos con ella en las condiciones que nos encontramos.

Ciertamente, el crecimiento exponencial de la enfermedad en una sociedad libre —señala Alfredo M. Bonanno en Enfermedad y Capital—, no podría compararse con el que habría en una sociedad basada en la explotación, tal y como es nuestra sociedad actual. Y agrega que la lucha contra la enfermedad es una parte integral del conflicto de clases. No tanto porque la enfermedad esté causada por el Capital, que sería una declaración determinista y por lo tanto inaceptable, sino porque en una sociedad libre sería diferente.

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